El partido comenzó, con dos horas de retraso, a las 2:20 de la tarde, debido a la intensa lluvia que azotó a la capital; sin embargo, las gotas arreciaron y el drenaje de la cancha permitió que los jugadores entraran al campo de juego. A pesar del mal tiempo que casi provoca la cancelación de uno de los encuentros deportivos más esperados entre los dos colegios, la selección de fútbol del Gimnasio Moderno demostró su poderío, imponiéndose sobre la selección del Gimnasio Campestre con un abultado marcador de cuatro goles a uno.
Los jugadores de ambos equipos se enfrentaron a una cancha muy difícil, que provocó frecuentes resbalones y choques entre los equipos.
El primer gol atravesó el arco del Campestre con un remate impecable de Juan Manuel Gacha. La segunda anotación apareció a los pocos minutos por un lance de Santiago Pizano, quien consiguió dar un puntazo imparable a la esquina izquierda de la malla de los caballeros de San Jorge.
Durante el segundo tiempo la situación tomó otra dirección, el onceno blanco y rojo anotó su primer gol, dejando el marcador dos goles a uno, renovando las energías de este equipo.
Minutos después, Santiago Andrés Vila logró descifrar la lógica del equipo contrario, anotando para el Gimnasio Moderno su tercer gol. El nerviosismo se apoderó de los jugadores del Campestre y el desespero guió sus pases, llevándolos a generar una última situación que dejó como resultado un jugador expulsado y el cobro de un segundo tiro penal a favor del Gimnasio Moderno; el cual fue cobrado hábilmente por este mismo jugador, lo que selló la victoria con un marcador final de cuatro goles a uno que condujo la copa a manos gimnasianas.
Por encima de la victoria o la derrota lo más importante de este encuentro fue el comportamiento de los asistentes de ambas instituciones quienes supieron disputar amigablemente y con compañerismo este partido entre dos colegios que en el fondo llevan la misma sangre.
Felicitaciones a la selección.