El pasado miércoles 23 de junio, en las instalaciones de la Casa de Poesía Silva, se presentó el libro de poesía “Los ecos”, del joven filósofo gimnasiano Santiago Espinosa, con la participación de la poetisa Lucía Estrada, como presentadora.
Santiago se ha destacado como crítico y periodista, con participaciones en medios comoAlforja y La Otra, de México, la Revista Casa Silva, El Espectador, Arcadia y La Hoja de Bogotá, revista de la que fue jefe de redacción hasta su desaparición, en 2008. Ha trabajado en adaptaciones de teatro para grupos aficionados y fue asistente de dirección en cursos del Teatro Libre de Bogotá. Como director, montó la obra La Cantante Calva, de Eugene Ionesco, en 2005, y un par de piezas breves de Harold Pinter en 2007. En 2002 dirigió y escribió su primera pieza teatral: Hazañas de un payaso en el encierro, obra que se presentó por primera vez en el teatro del Gimnasio Moderno cuando aún era estudiante de éste.
Es egresado de Literatura y Filosofía de la Universidad de los Andes. Su tesis de grado, “El exilio heredado: morada y encanto en la poesía de Giovanni Quessep” fue laureada y será publicada por la Universidad próximamente. En la actualidad, se desempeña como profesor de filosofía del Gimnasio Moderno y se encuentra realizando estudios de maestría. Es también profesor asistente en su alma máter.
De su trabajo poético se han publicado fragmentos en revistas de la categoría de Golpe de dados en 2010, en su número especial “Muestra de poesía joven colombiana”, compilada por el poeta Juan Manuel Roca; y en la revista Posdata de Monterrey, México durante el 2009.
“Los ecos” -nos comenta Espinosa- es un libro dividido en tres partes. La primera, laciudad, en la que se desarrolla la imagen del naufragio; una metáfora que va más allá de la arquitectura, una Bogotá llena de náufragos, de puertos secos, en la que los viajeros se extravían y pierden su Norte, pero también la ciudad del tesoro, del Dorado y de las promesas. Ahora bien, la tercera parte, se concentra en un recorrido a través de lamemoria, de su memoria, de su infancia, de la relación con su padre, con el mar y con su abuela; de ese tiempo de la vida, de un tiempo que ya no existe. La segunda parte, incluida al final, es el puente entre las otras dos, es el eco que recorre el interior de este joven poeta y se convierte durante la escritura en una evocación y, en secuencia de imágenes y fantasmas de otro tiempo. Escribir, comenta Espinosa, es “una obsesión por explicar quién es a partir de las herencias y del espacio en el que habita. Es una necesidad por dibujar un rostro”.
Influenciada por el poeta Luis Vidales, su ópera prima, “Los ecos”, es una imagen que resume aquello que pasó, las voces de una memoria que ya no fue, de la pequeña herencia, de ese fantasma que convoca y transforma la manera de ser pleno, de reconciliarse con lo que ya no somos y lo que ya no fue.
Para el Gimnasio Moderno es motivo de orgullo divulgar entre su comunidad estos logros tan representativos en la vida del maestro Espinosa.