«Le gustaba esa calle llena de cerdos sonrientes. La piel tostada, peluda en algunas partes, escurriendo grasa por los costados y brillando jugosa con la luz de neón roja dentro de la incubadora porcina. Despedían un aroma ambiguo, rancio o cocido, muerto o vivo, irritado o alegre. O los dos. Así se sentía Fernando caminando por el costado oriental de la Caracas con 27 sur, a las siete de la mañana. Por eso sonreía y fruncía el ceño al mismo tiempo, como los cerdos.»
Sonriendo con el ceño fruncido, Nicolás Díaz Durana, exalumno de la promoción 1999 y director del Área de Ciencias Sociales del colegio, dio a conocer su primera novela, La casa de las bestias, en la pasada edición de la Feria Internacional del Libro de Bogotá.
La casa de las bestias es una novela negra en toda la extensión de la palabra, con crímenes, violencia, intriga y un final inesperado. Y, sin embargo, no es tan negra, en el sentido de que el asesino no es el personaje principal: lo son las personas que oyen de los crímenes en el voz a voz o en el radio, o que leen sus detalles en los diarios de crónica roja; la gente que comenta lo que ha oído, pero sigue adelante, consumida por sus preocupaciones y obligaciones cotidianas.
El libro también incursiona por la vida gastronómica de una urbe como Bogotá, con sus lechonas y fritangas, elemento esencial de una ciudad en donde conviven todo tipo de personas ―las bestias― sumergidas hasta el cuello por el circo que los rodea. Con un particular humor negro, La casa de las bestias va entretejiendo las voces de sus personajes en una intrincada trama que sorprende al lector con su final. Así, como una metáfora de la vida en la ciudad, la violencia es tan solo el adobo de unas vidas complicadas y tristes que buscan un esquivo bienestar en el fútbol, la música, la religión y el sexo.
Para Díaz Durana, el placer de la escritura no está en el hecho mismo de escribir, sino en el momento de sostener entre sus manos la obra terminada; en releer con calma sus textos, hacerlos públicos, conocer de viva voz la opinión de sus lectores para, por así decirlo, terminar de construirlos a varias manos.
La casa de las bestias está en la Librería Lerner, la Librería Nacional y otras librerías del país. Igualmente, quienes estén interesados en conocer más de la obra de Nicolás Díaz Durana, pueden ingresar a su blog http://hoynoestoymuerto.com/, en donde podrán apreciar, desde distintos ángulos, el irónico y festivo paso de las bestias.