Como un acto especial en homenaje a los nuevos gimnasianos, a la promoción 2035, fue presentado «Drilo, el Cocodrilo», el primer muñeco oficial del Gimnasio Moderno.
En el año de 1943, quien por entonces era alumno del colegio, Mario Laserna Pinzón, trajo de una exploración por el departamento del Tolima, a una babilla fallecida, una especie de caimán que hace parte de la fauna de Colombia. Él, le cobraba algunas monedas a sus compañeros para que pudieran conocer al enorme animal. Por eso, de manera amistosa, a Mario sus amigos le decían: “La Babilla Laserna”.
Este carnívoro de dorso verde oliva, con manchas café oscuras y pecas negras sobre la cabeza, cuerpo y cola, finalmente fue disecado para que los estudiantes del colegio lo pudieran conocer como si estuviera vivo.
Desde que llegó al Gimnasio Moderno, ha estado en el zarzo del Edificio Principal y, de vez en cuando, era sacado a La Raqueta para que los niños jugaran sobre él.
En el 2019, los alumnos del colegio decidieron bautizarlo “Drilo” a través de una votación, porque para muchos era un Caimán y, al mismo tiempo, un Cocodrilo.
Hoy en día, Drilo es un emblema que representa los elementos del espíritu del Gimnasio Moderno, como la fuerza, la resistencia, la voracidad, su constante evolución, su espíritu explorador, y su libertad. Elementos que todos los miembros de la comunidad tienen en su ser.
Drilo es alegre, observador, ama la justicia, le encantan los abrazos, es agradecido, orgulloso de sus logros y siempre quiere hablar de sus experiencias. Más que una mascota, es un guardián de la filosofía gimnasiana.
Sobre su cuello, lleva orgulloso la pañoleta del excursionista y para toda la comunidad es el guardián del espíritu que le da vida a los proyectos pedagógicos que demuestran por qué el Gimnasio Moderno es más que un colegio.
La creación de Drilo como símbolo del colegio, es el resultado del trabajo de Paola Votto en el programa “Tratémonos Bien”; Mariana Jaramillo, de la Oficina de Admisiones; Claudia Pita, del Programa de Capacidades Diversas; Pompilio Iriarte -Ángel Marcel- desde la literatura; Andrés Pinto, desde el área de Música y Camilo De-Irisarri, desde la Oficina de Comunicaciones.
El gimnasiano que es embajador e impulsor de esta maravillosa idea es Nicolás Celis, un estudiante que despertó el espíritu de trabajo en equipo gracias a su interés y curiosidad por trabajar con el cocodrilo en su vida escolar.