Camilo Salazar Angarita creció en el Gimnasio Moderno practicando con sus compañeros de curso en el «cuarto de la batería» en el Centro Cultural. Un espacio del colegio simbólico para él, que precisamente evocó el pasado 25 de febrero mientras representaba a Colombia en el importante Festival de Música de Viña del Mar, en la que compitió con su canción «Noche de Boda». Un tema que describe la historia de amor que vivió con su esposa Natalia Valenzuela.
El siguiente es el video de su presentación en el mencionado Festival:
Al preguntarle a este artista gimnasiano por su vida en el colegio, respondió: «Me acuerdo siendo muy pequeño, tenía unos 11 años cuando formé mi primera banda «Klift» con compañeros de mi curso. Con ellos tocamos en todos los espacios que el Gimnasio nos brindaba. Lo representábamos en diferentes escenarios intercolegiados. Estábamos en Quinto de Primaria. Cuando llegue a Undécimo, me uní a la agrupación «Wamba». El colegio siempre me entregó todo su apoyo, nos dió todas las herramientas, educación y facilidades que nos permitieron impulsar nuestro talento«.
Para Salazar, el Gimnasio Moderno fue uno de sus más grandes refugios en la música, gracias a que el colegio ha pasado sus ideales en potenciar al máximo el desarrollo de cada uno de sus estudiantes en las áreas que más les apasionan.
Una de sus maestras, Myriam Bustamante de Cuervo, mencionó que «Camilo es un ejemplo de lo que simboliza el Bello Carácter«, galardón que todos los años el Gimnasio le entrega a sus estudiantes más destacados por su personalidad. «Muchas veces los mejores espíritus de un curso, no figuran en las menciones de final de año» -aseveró la profesora- haciendo alusión a la forma de ser de este gimnasiano quien siempre dejó en sus profesores un especial recuerdo.
Al preguntarle al cantante sobre sus añoranzas sobre el colegio, dijo: «Recuerdo con todo mi cariño a mis maestros de música como el maestro Leal, Benigno, Nora y Marta Figueroa, Gloria Tabares y por supuesto a mi querido Jorge Gutiérrez. Gracias a todos los que me apoyaron desde la rectoría hasta los maestros de todas las áreas, los empleados, Bertica y Blanquita, el mismo Tito y mi gran amigo «El Gomelo», quien siempre me daba ánimo«.
Visiblemente emocionado culminó sus palabras diciendo: «¡Gracias Gimnasio Moderno por darle música a mi vida! Hoy un alumno los representa en Viña del Mar, el festival más importante de canciones de Latinoamérica«.
Toda la comunidad gimnasiana felicita a Camilo, por haber tomado el riesgo de llevar su música a otros horizontes.